Me faltas tu de nuevo,
como todos los días,
de la misma forma con la que el sol
echa de menos a la luna y no la puede tener.
Me falta tu boca rozando la mía,
volviéndome loca por probarla,
por mirarte a los ojos y olvidarme de todo lo demás.
Me falta tu cuerpo junto al mío,
tus brazos alrededor de mi cintura y tu frente apoyada en mi frente mientras dejamos pasar el tiempo.
Me falta paciencia y tiempo,
pero sobretodo, me faltas tú.