Ya no siento dolor, mis sentimientos acostumbrados a tus desprecios han sabido crear una barrera contra ti. Mi corazón ahora duro como una piedra solo late para no morir, cansado de vivir por los demás. Los días oscuros los días claros ¿que tienen de diferente?.
Entrar en ese estado de pesadez en el que solo te apetece que llegue la noche para poder irte a dormir, porque ahí con los ojos cerrados y la cabeza dándole vueltas a todo pienso en ti. No puedo obligarme a odiarte porque sólo consigo quererte más.
Las palabras tampoco me salen y tal vez solo tal vez te sientas igual que yo. Una vez lo hiciste ¿y ahora?.
