Recuerdos de los rayos más brillantes y cálidos del sol... cegadores
Brilló puro y blanco del hielo y las perlas del mar
Recuerdos de la boca más dulce que se puede probar... devastadora
Haces mella en mí
Le pregunto a mis manos si serán capaces de acariciar tu piel suave
Contestan tiritando, vibrantes
Curioso pues al pensarlo, mi alma se calma, y sé que, al acariciarte estallaría en un boom que la llenaría de fuego y humo, que al respirar, mi cuerpo se contraería por completo, el pecho se comprimiría y el aire entraría a trompicones por mi garganta y mis manos se aferrarían a tu cintura, recorrerían tu espalda y te agarrarían fuerte, pegándote a mí y recordaría al sol, lo tendría entre mis dedos. Acariciara el frío hielo y la suave seda de tu boca y viviría un beso que mi imaginación no alcanzaba a concebir pues tal finura y dulzura no podrían ir nunca acompañadas de una pasión que me hace sentir pequeño y grande, demonio y angel.
Ansío... en fin... el sol se oculta, el viento cálido del verano derrite el hielo, y las perlas son ocultadas por sus dueñas. Que queda? Deseo? Si, mucho. Vacío e incertidumbre? Si. Que el tiempo pase, que el invierno llega...
