Los deseos de soñar y volar... harán que surjan nuevas alas y nuevos paisajes.
Saludos y buenas historias A3.
La "enfermedad real" no le impidió a ningún Rey dejar de volar, ni soñar.
Quizá sea el carácter, más que las "posesiones" lo que demuestre la nobleza.
Más profundidad, al final me ahogas en el pozo.
La hemofilia es una tara cojonuda si te mola el sado, eh..