Dios
Menos de un día os dediqué,
a ellas apenas un rato.
Luego descansé,
mi obra había acabado.
Y me dediqué a contemplar como os ibais matando.
No esperéis ser perfectos,
pues heredasteis mis defectos.
Egoísta, violento y traidor, el hombre, la viva imagen de su creador.
Guerras y hambre os permito,
en realidad soy yo el que delinco.
Miseria y muerte al azar,
en vez de esforzarme por curar.
Creéis en mi, y esperáis que os salve, cuando en realidad tengo sed de sangre.
Seguid rezando, seguidme adorando,
que desde mi trono os seguiré atormentando.
Podés pecar y luego confesar,
a mí me va a dar igual.
Aadelh04 de septiembre de 2012