El año que me fallaron las piernas. O crecieron espinas en la banqueta. O se me llenaron los zapatos de agujeros. Quedó en el aire como huella, la silueta deforme del orgullo. Quedó muerta la ficción de lo que tanto quise. Quizá, tal vez, quedó lo imperativo de la providencia. El año que me robaron el suelo fue de mi gravedad el maleficio, y fue mi termodinámica obsoleta. Fue mi religión de reglas, cabalmente contradicha, empaquetada y muerta. Mis ángeles y querubines, gis de asfalto. Mi paraíso. ¿Qué fue de mi paraíso el año de la traición perfecta? El año gordo, eructo, magro, me valió dos meses de llanto débil y un fatal-milagroso día de renacimiento. Habré de remodelar el establecimiento. Y obrarán reconstrucción mis piernas. O cortaré las espinas con incienso. Verán mil veces que bíblicamente río, ¡qué soberbiamente vuelo! Van a ver ustedes como me pudro de gloria y sueños.

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1 Comentarios

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  Snakeiox

  ¿que fue de mi paraiso el año de la traición perfecta?.... y no quedo mas que seguir avanzando... aunque nos fallaran las piernas....
  cada ves eres mas grande abraham, algun dia leere tus libros presumiendo que juego ajedrez contigo...

  24/03/11 04:03