Cuando se llevó aquel latido envuelto en un torbellino de fuego
dejándome a mí, las grises cenizas detrás,
consumiendo lo mejor, abrasando nuestra alma compartida,
nuevamente en dos partes dividida,
abandonándome con los fantasmas y las luciérnagas malditas...
pude verla siendo arrastrada por su propia sombra
y me vi atravesando su cabeza como una bala
llevándome lo bueno, contaminando sus venas con mi plomo,
salpicando el hoy y el mañana,
tiñéndolo todo de incertidumbre al decirnos "adiós".
Y la memoria se quedó de pie frente al muelle,
el horizonte se lo llevaba todo tras de sí,
el tiempo se había posado sobre nuestros rostros
y el atardecer de la conciencia se expandía
hasta la noche inerte y silenciosa.
La muerte y la vida de la mano, Abyssos.
Qué perfección de poema, qué armonía en tus palabras. ¿Te acuerdas cuando te hablaba de la música de las frases?
Pues hoy tus frases tienen una música perfecta, además del contenido tan profundo que encierran y la belleza de sentimientos que me brindan.
No me importa morir si la muerte es así como tu dices.
Te sigo queriendo igual aunque no estemos en contacto como antes.
Será que la memoria se nos quedó sola, de pie junto al muelle, esperándonos.