Vida de la muerte
Se murmura en el interior del yermo sentimiento de ira
Anidado por cabizbajos espectros;
Cadáveres perpetuos de incorrupto semblante
Plantados en la imaginación,
En el féretro del alma.
Desolada locura,
De cuando aún el hogar se convierte en lugar extraño,
De cuando el abrazo de la musa es tan asfixiante
Que el corazón desbordado por la intriga
por la desazón,
De dolor decide alejarse a páramos distantes,
A donde nadie con voz agria o dulcificada, le hable,
A donde nadie le escuche.
Inhalar mentira,
Exhalar manso desaliento,
Un profundo suspiro para arrebatarle un poco de vida a la muerte.
Ω
un profundo suspiro para arrebatarle un poco de vida a la muerte
un abrazo.
me gusto, es intenso como la vida misma
20/07/15 09:07
Es una alegría inmensa encontrarte por estos lares, Abisos. Eso se avisa, se dice, se anuncia, porque has publicado varias cosas últimamente y no te había descubierto.
Estoy liada en las redes sociales, mi vida, mis quehaceres.
Quiero tenerlo todo y no consigo llegar a nada.
Pero te mando un abrazo como una catedral
Eso sí que puedo: ¿Ves?
Tampoco ha sido tan difícil.
25/07/15 10:07
Intento descubrir tu obsesión hacia la muerte. Me intrigas, e intento con todas mis fuerzas comprenderte.
Creo que lo consigo.
25/07/15 10:07
Los profundos suspiros a veces vacían un poco y le dan lugar a cosas nuevas.
A veces la vida se cuela en aires nuevos sin que nos demos cuenta, y resugirmos casi sin querer queriendo... o desde lado mas acalladamente inconciente queriendo.
Saludos mi querido Abyss
26/07/15 01:07
Siempre versando la muerte en vida, o la vida en muerte.
Así, tus escritos siempre me encogen el corazón. Eres único.
Un gran abrazo
26/07/15 11:07
Si pudieramos devolver la vida, sesgada por la muerte, tal vez no fueran sino entes distintos a los que fueron, tal vez diabólicos corazones ungidos de la frialdad de la muerte, que les arrebató el último suspiro.
Lo ideal sería acabar con la muerte, para que la vida recuperara la esperanza de la eternidad, aunque tal vez una eternidad vivos, fuera una condena más espeluznante que la propia muerte.
Vaya disertación la mía.
Un gran texto sin duda.
Un saludo, Abyssos.
02/08/15 07:08
