Desátame.
Presiona mi pecho con tu cuerpo, mírame, hazme sentir un esclavo en tus manos. Pero cuando no aguante más, entonces, quítame las cadenas que me envuelven la piel. Y perderemos el control.
Primero, juega conmigo a volverme loca. Muérdeme los labios, súbete sobre mí y provócame con tus caderas. Ese vaivén& que causa estragos en mi cuerpo.
ESPERA, ESPERA, ESPERA.
Otra vez ese jodido sueño, otra vez te vuelves a meter en mi cabeza sin pedir permiso. DÉJAME EN PAZ. Es lo único que me repito a diario desde que no tengo contacto contigo.
No sé qué me está pasando pero a cualquier lugar que voy siempre alguien parecida a ti, hay una canción que me hace recordarte o hay una frase o lugar concreto que hace hacer que te recuerde. Todo se basa en recordar y recordar ¿Por qué? ¿Por qué cojones no te vas de mi mente? Quizás es porque también, yo no quiero que lo hagas. Me aferro a un recuerdo que me hace tirar de la cuerda y evitar que me hunda. Evita que no vuelva a equivocarme dando un paso atrás. Volviendo a ese pasado, volviendo a desgarrar sentimientos y a jugar con las personas. La cuestión es que no sé qué me has hecho.
Debería alejarme de ella& pero no puedo, mi cuerpo y mi corazón no me dejan. Y eso duele, duele separar el corazón y la mente para ponerse de acuerdo a la hora de tomar una decisión.
¿Elegir? Nos llevamos toda la vida igual.
