Soy tan lúcido cuando duermo
que me espanto a mí mismo
despierto y caigo al abismo
de los pensamientos huecos.
Soy tan sabio cuando callo
que nunca digo memeces,
escucho y aprendo a veces,
el trueno es ruido, el mal es rayo.
Soy tan pobre que no tengo
dinero para comprarme,
sin sueños que alimentarme
con rutinas me mantengo.
Tan duro que ya ni el llanto
consigue hacerme penar,
soy un frío pedernal
por haberte amado tanto.