Culpo a la tenaza incorruptible,
culpo al paso repetido,
culpo al asqueroso aliento
de otro triste amanecer
que me oprime por sumisa costumbre
haciéndome vomitar
el alimento que me proporciona
la libertad de otra breve madrugada.
Culpo a las horas que me roban por limosna,
culpo a los zapatos nuevos,a la nevera llena,
a mis nudillos cuarteados,
al jefe hipócrita,
culpo a la tele encendida
y al alma apagada,
culpo a mi aullido mudo,
a la red que tejo y a la vez me atrapa.
Masoquismo hierático
dentro de un sistema fetichista
de la injusticia matemática,
números del poder y muertes del olvido,
no soy polvo,soy el esclavo,
por no morder la cadena,
por no cagarme en el plato,
por no romper con todo
y huir de este mundo contigo,
solo puedo culparme
a mí mismo...
IMPRESIONANTE tu poema Adrian, tantas frases para destacar, se trasmite tu opresión por sumisa costumbre.
Encantada de encontrarte y de leerte.
Un abrazo.