Entre jeringuillas y ratas
se refleja un sol de oro
en viejo papel de plata.
Escombros y mecheros sin gas,
mierda y orgías de moscas,
latas carcomidas y enfermedad,
ese zapato adidas perdió su par...
Su heroína no le escribe versos,
pero su amor es más puro,
más fiel,
eso sí,
mucho menos empalagoso,
que cualquiera que pueda
nacer entre poetas...
Aún recuerda su último diente
pero no la última vez
que allí creció la hierba...
Aún recuerda el nombre de sus familiares
pero no sus rostros
ni sus gestos
ni sus risas...
Sí sus reproches
y el olor del guiso
que le preparaba su abuela...
También recuerda a su Eva,
que falleció en sus narices
rodeada de vómito,
heces y orina,
en el suelo
de una casa ocupa...
Pero olvidó el corazón
y tiembla en su paraíso,
sus venas necesitan
interiorizar el terremoto.
¿La verdadera melancolía
o una simple pesadilla?
¿Odio quizás
a una sociedad
que se ceba con el caído?
Abstinencia entre cartones
y el poder de ser invisible
tras haber mordido la manzana...
Él no quiere saber nada,
solo sabe que te mataría
por una insignificante dosis.
Has plasmado muy bien el mundo de la droga, su miseria y sus vacíos y la inmensa soledad que invade por dentro.
Un saludo, Adrian.