No es suficiente con la lluvia
si la piel se arrastra al sumidero
mendigando el roce
de un desgajado desengaño.
No es suficiente con la sed
si la sangre se yergue yerma
y por dentro estás hueco
de insensatos sueños
que se desvanecen incorruptos
sin independencia ni conquista.
No es suficiente con el oasis
si la desertización amenaza
con destruir todo aquello
que viste nacer y crecer,
desgastarse y morir...
Pero pelea.
Hasta que todo esté anegado de desesperación.
Hasta que todo este fresco y en pie
con el dolor marcado
de cientos de cicatrices.
Hasta que todo florezca
y desvanezca de odio.
Hasta que el pájaro arda en pleno vuelo
y la rata se congele en la hoguera.
Hasta que la víbora se quede sin veneno
y la luz invada tu latido.
Pelea.
Nunca será suficiente,
tenlo claro...
Nunca será suficiente,
pero nunca seas manso
ni sujetes sin brazos
la invidente obediencia.
Tu éxito se hace patente
y renace poderoso
por cada batalla que perdiste
y conseguiste dejar sellada
una innegable parte
importante de ti mismo...
Tu éxito
eres
tú.
