Leo frases de celebridades y las vuelvo a leer, tratando de hallar respuesta a qué es el amor
y desde filósofos griegos, hasta escritores del siglo XX, parecen estar confusos, el amor hay que vivirlo, y sufrirlo para sentirlo. Y si en algo coinciden todos ellos, es en el dolor que conlleva este sentimiento. Es dulce y letal por igual, no conozco algo que te haga feliz y te mate a la vez, es increíble. ¿Una montaña rusa? ¿Un juego de azar? ¿Un castigo? ¿Un premio? ¿Qué es? No sé donde nace, sino, sabría controlarlo, pero el amor es un peligro muy grande, puedes perder muchas cosas
siempre he dicho que para mí, el amor es ese juego en el que todo depende de nada
y cada vez lo tengo más claro.
Todo aquel que ama, sufre, tarde o temprano, es así, no hay amor sin dolor. Lo que más me sorprende, es la capacidad que tiene este sentimiento para volvernos locos, es una reacción química del cerebro y va destruyendo a otro órgano vital, el corazón, y éste acabará enfrentándose con la razón en la más eterna y dañina de las batallas
cuando se enfrentan estás perdido, doy fe, los latidos empujan y la cordura trata de frenar, el corazón grita: ¡te quiero! Y la cabeza le reprocha: ¡quiérete!
Por amor se hace cualquier cosa y por el camino puedes perder tu amor propio, tu esperanza, tu optimismo, y hasta la cordura
imprevisible. Así funciona esto. Amar merece la pena, pero cuando en vez de disfrutarlo lo sufres, te cuesta creer en poder volver a hacerlo. No pierdas la ilusión, pero tampoco tú amor propio, no pierdas la cabeza, ya que el corazón te lo habrán robado.
En la guerra y el amor todo vale, cierto, pero ¿dónde está el límite? Sigamos buscando.
