TusTextos

La Historia Sin Título (cap 9)

Estaba lloviendo, y la lluvia me azotaba en la cara. Parecía que me estaba castigando por lo tonto que había sido. Sí, ahora me daba cuenta. Todos los miedos que tuve, todas las cosas a las que había renunciado, todo lo que había perdido tan sólo por no volver a ser el imbécil del cuento. Ese, al que todo el mundo pisa y del que todos se aprovechan, el que cree que tiene todo al alcance de su mano pero a la hora de la verdad, no tiene nada. La reprimenda de Juan, me había hecho despertar de mi sueño. Me di cuenta, de que a veces, merece la pena llorar si es por una buena causa. Que los desamores, pueden doler, pero al final te acabas olvidando de esa persona y dejas de sufrir porque eres alguien nuevo. Que la persona ideal, puede estar en cualquier calle, que incluso, puede que la hayas visto pasar a tu lado y se haya tropezado contigo mientras tú, vas con tu pareja de la mano. Que los peores momentos de tu vida dan paso a los mejores. Lo único que esperaba ahora, era que no fuese demasiado tarde y decidí buscar a Emily en el único lugar en el que podía estar a estas horas. El bar. Corrí como nunca había corrido en mi vida. De la velocidad, ni tan siquiera sentía las piernas. Notaba que la gente me miraba raro pero me daba lo mismo. Emily, Emily, Emily… era lo único que tenía en mi cabeza y era por lo que corría. Necesitaba verla de nuevo aunque me rechazase. Aunque me arañase la cara por todo el daño que le hice, aunque me gritase e insultase por haberla tratado como a un juguete cuando no se lo merecía. Estaba a punto de llegar al bar, ya podía ver la entrada. De repente, se me revolvió el estómago y me costaba correr. Avancé los últimos metros como pude y abrí la puerta jadeando. Noté como toda la gente que se hallaba en el interior se me quedaba mirando. Justo en ese momento, localicé a Emily, que posó también su mirada en mí. Mi aspecto debía de ser terrible, estaba mojado y embarrado de las calles, y también jadeante. Me costaba respirar. Cabe añadir que estaba retorcido sobre mi estómago que acentuó su dolor en cuanto crucé el umbral de la puerta. Noté que Emily tampoco tenía muy buena aspecto, estaba pálida y se la veía triste. Había perdido su particular salero y dulzura al servir. Nos quedamos mirándonos el uno al otro y la gente, nos miraba y se miraban entre sí, sin comprender lo que sucedía. Tan sólo dije una cosa, que fue la más acertada para el momento, mientras lloraba, completamente derrumbado y arrepentido.
-¡Joder Emily! ¡Ni te imaginas qué manera de llover!
Me miró seria y luego, sus ojos se empañaron, y corrió hacia mí para besarme mientras la gente, aplaudía.
Desde ese día, todo cambió para siempre. Fui feliz y disfruté de cada segundo que tenía. No desaproveché ninguna de las oportunidades que me dio la vida y aprendí a apreciar cada detalle. Después de ese duro golpe, me he dado cuenta de que si no arriesgas no ganas y que, si pierdes, en realidad no pierdes nada. Que cuando alguien aparece en tu vida para quedarse en ella, has de abrirle la puerta y que en el caso de que no puedas y te veas incapaz de abrir porque está bloqueada, siempre te quedan las ventanas.
Aeram13 de julio de 2011

1 Comentarios

  • Asun

    Que romántico!!!! Pero creo que quedaba un capítulo,me parece que eran 10. aunque este puede ser perfectamente el final.
    Si hay un nº 10 te ruego lo pongas entre hoy y mañana porque luego desaparezco para un mes, por las vacaciones.
    Besos.

    14/07/11 02:07

Más de Aeram

Chat