Tengo muchas ganas de que ese diosito tuyo se me aparezca. Para sacarle yo con la boca sus clavos y clavárselos en la garganta. Y quizás callé su rebaño de borregos o pare las campadas a media mañana de la iglesia para siempre.
Tengo un odio infinito a tu amigo imaginaro. Soy joven y he olido ya mucha muerte y miseria. Sé lo que es la tristeza y si alguien superior la impone, no merece nada la pena de ese gran señor.
Que nunca mira debajo de su dedo cuando aplasta a alguno de nosotros. Que perdona a la carta y encierra misterios y dogmas. Que abanderó desde el principio de sus días las causas más repugnantes y asesinas. Que impuso coronas y coloreó de azul la sangre de repugnantes seres que sometieron al mundo.
Si dios existiera sería la justicia que le falta a este jodido planeta.
Si dios existiera se acabarían las excusas para defender sus hijo puteces.
Un texto magnífico
"Que abanderó desde el principio de sus días las causas más repugnantes y asesinas"
Muy bueno.