Ahora mismo, tumbada en mi cama como siempre, en esta habitación que gira y gira revolviendo mis pensamientos
¿Y si decido escribir?
Esos que vienen y van.
Esos que surgen en un instante y luego desaparecen para ser olvidados.
Aquellos que se repiten cada semana, cada día y acaso cada hora.
Los que sabemos que están, y los que no lo sabemos.
Los que duelen o los que queremos no tener.
Algunos momentos pasados también giran en el centrifugado de mi habitación, y algunas realidades muy presentes. Pero yo, como sujeto y narrador activo, soy también pasivo en esta historia: Nada puedo hacer para cambiar lo que ahí gira.
Como persona insuficientemente autosuficiente, soy incapaz de lanzarme unos pétalos de rosa, asique permanezco inmóvil, esperando que la mano del destino mueva sus hilos y me otorgue un poco de paz o suerte en estos días.
Algunos me miran y me llaman loca.
Otros, simplemente soñadora, negativa, o rara.
Pero la mayoría, aunque me ven, ni siquiera saben que existo.
¡Ay!, si tú supieras que somos marionetas en las cuerdas de la vida...
¡Ay!, si tú te dieras cuenta de que nos confundes con el género...
¡Ay!, si tú..., si tú pudieras dominar el tiempo en tus letras... Quizás entonces podría decirte un montón de cosas. Gracias.