Quizás este enferma y no entienda,
quizas este loca y no cure,
quizás esto aún queda por vida
anclado a mi.
Quizás mañana no recuerde que exististe,
o quizás no lo hiciste,
pero como en una pesadilla:
Miedos sin motivo, de formas sin forma,
de sombras oscuras sobre negro
Y de caídas al vacío,
de abrirse el pecho en dos partes,
de arrancarse la melena a ambas manos
sin sentir más dolor que el que se sitúa entre la garganta y el esternón.
Pero sentir en las manos, en la palma de las manos, el ansia de tirar y romper y morder y gritar y desquiciarse y llorar
Y caerse arrodillada para preguntarte simplemente ¿Quien eres?
La respuesta es sombras sombras de un pasado que no se si no recuerdo o si no existió, pero que están presentes en cada uno de mis pestañeos.