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Serpiente

Me había convertido en una serpiente:
Me arrastraba por el suelo en la oscuridad y me escondía debajo de las piedras, y a la mínima que cualquier ser se acercaba levemente, me preparaba para atacar.

Y me arrastraba por el suelo...

Suelo, suelo, suelo.


Cada una de las pequeñas piedras se clavaban en mi piel, y así desarrollé esta piel fuerte, con escamas, que si alguna vez se debilitaba, podría cambiar siempre por una nueva.

Dicen que las serpientes son animales de sangre fría… dicen.
Pero yo, metida en aquel nuevo cuerpo reptil, sabía que en el fondo… quizás en la cola de aquel cuerpo, quedaba algo, algún pequeño rastrojo mal apagado, que con un pequeño soplo podría morir para siempre o quizás estallar en llamas.


Tiempo, tiempo y tiempo


Y miedo, a seguir siendo serpiente.
Aguaychocolate12 de octubre de 2011

4 Comentarios

  • Norah

    y así desarrollé esta piel fuerte, con escamas, que si alguna vez se debilitaba, podría cambiar siempre por una nueva...nunca la cambies, pese al miedo, las serpientes sin muy nobles de verdad, solo tienen mala prensa.Me ha encantado.Cariños.

    12/10/11 10:10

  • Beth

    Tiene razón Norah, las serpientes tienen mala fama desde la Biblia,pero a mi me parecen hermosas; desde luego más que los asquerosos ratones o que las arañas

    13/10/11 12:10

  • Norah

    algún pequeño rastrojo mal apagado, que con un pequeño soplo podría morir para siempre o quizás estallar en llamas.
    Basta de miedo...dísfruta, ello me remite a fruta, lo que dice Beth, es solo mala prensa.Cariños.

    13/10/11 03:10

  • Agora

    bellísimas metáforas de pensamientos que haces llegar con fuerza...!
    ánimo y escribe!
    abrazos!

    22/10/11 01:10

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