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Alma Indomable Capítulo 2

Alma indomable
Capitulo 2
Noche Corta

El día había pasado muy rápido, las horas pasaban volando para pobre y ricos el tiempo no tenía preferencia alguna solo pasaba. Ya era de noche eran casi las 9 de la noche en uno de los tantos departamento que había en la ciudad se encontraba una joven sentada en su cama viendo un vestido de fiesta que cierto anciano le había dado horas atrás para que se lo pusiera.
- Maldita sea Claus, podrías haber escogido uno más discreto, este vestido solo tapa mis partes intimas de lo corto y escotado que es, pero no tengo nada más “decente” que ponerme esta noche, bueno no hay tiempo ya casi son las nueve será mejor que me arregle de una vez….- la joven se levantó de la cama sin ningún animo y se dispuso a entrar al cuarto de baño, se quitó la ropa y se dio una ducha rápida, acto seguido se puso el vestido que Claus le había comprado, la mujer se miró al espejo un buen tiempo hasta que escucho que llamaban a la puerta.
- Ya voy, un momento- la mujer fue a abrir la puerta.
- Buenas nochesssssssssssssss, madre mía estas guapísimaaaaaaa, no puedo creer que seas tú- mencionó Arturo que venía a buscarla.
- Déjate de tonterías y entra de una vez que tengo que acabar de arreglarme- mencionó la joven dirigiéndose al cuarto de baño.
- De verás estas irreconocible y si me permites estas muy hermosa- le dice Arturo a la joven que se encontraba en el baño con la puerta abierta recogiéndose el cabello.
- Si no fuera porque Claus me lo pidió, odio este vestido parezco una puta, mírame no quiero vestirme así, no es mi estilo maldición….- menciona la joven sentándose en el sofá del departamento y acto seguido encendió un cigarrillo.
- No creo que sea bueno que fumes ahora- menciona el joven que se sienta a su lado.
- Ya da igual, nos vamos o vas a estar mirándome así con esa cara de memo toda la noche – la chica coge su chaqueta y abre la puerta para salir.
- Si claro ya son casi las 22:00 Claus nos debe estar esperando.- el chico saca de su bolsillo las llaves de su coche pero acto seguido es arrinconado por la joven.
- Las llaves…- menciona la joven.
- Como mandes, si eso te va a relajar un poco- Arturo tuvo que darle las llaves del coche para que condujera porque sabía que eso la relajaría un poco y que calmaría un poco su cabreo.
Las calles estaba muy iluminadas y repletas de gente, para la suerte de una joven no había mucho tráfico ya que eso le facilitaba conducir a todo gas (a toda prisa).
- Tú sí que sabes conducir wuauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu, puedo sentir la adrenalina wuuuaaaaaaaaaaaaaaaaaaaauuuuuuuuuuuuuu- menciona Arturo sacando la cabeza de la ventana como un perro.
- Esto no es nada, deberías verme con mi moto, de las que me he librado con la policía- la mujer acelera más.
- Esto, como decirlo, Claus me dijo algo, no sé cómo decirlo….
- Dijo de una vez hombre- la mujer estaba calmada solo se concentraba en conducir.
- Claus me dijo que tú verdadero nombre es Lizeth- la mujer no dijo nada solo afirmo con la cabeza. Durante todo el trayecto el ambiente en el coche estaba calmado y ninguno de los dos decía nada, hasta que por fin llegaron al lugar de la fiesta. La fiesta era en un yate de lo más lujoso y grande, los dos se quedaron admirados al ver tremendo barco.
- Vaya por dios esta gente que exagerada que es al comprarse tremenda bestia no crees?- menciona el chico bajando del coche. La mujer no dijo nada, solo bajo del coche después de estacionarlo.
La verdad es que el yate era inmenso era tipo Titánic, todas las personas que entraban venían muy bien vestidos y venían en limosina. Los dos jóvenes no sabían si entrar o esperar a Claus hasta que el anciano hizo acto de presencia pero, no venía solo su acompañante era Rebeca su mano derecha.
- Buenas noches chicos- menciona Claus
- Vaya pero que irreconocible que estas Debi- menciona Rebeca
- Usted también está muy guapa- le dice Arturo a Rebeca
- Dejemos de tanta formalidad y estupideces y entremos- menciona Lizeth
- Tienes toda la razón vamos- dice Claus encaminándose a la fiesta.
Una vez dentro Claus y Rebeca se encaminaron a saludar a unos conocidos mientras que Arturo y Lizeth se fueron a tomar una copa.
- Menuda pérdida de tiempo- menciona la joven bebiendo Champagne.
- No creo que sea una pérdida de tiempo si obtienes licor del caro gratis- menciona Arturo riendo y bebiendo del licor que tenía en la mano.
- Así que te dijo mi verdadero nombre- menciona la chica terminándose el Champagne.
- Perdónalo es solo que … - el joven no pudo acabar de decir ni media palabra cuando notó que Lizeth lo miraba muy fijamente.
- Sabes que hago con las personas que son metidas como tú Arturito…- mencionó Lizeth apretando su copa.
- Me lo puedo imaginar- traga saliva el joven.
- No seas tonto, era broma no estoy de ánimo ni tengo ganas de hacerte nada solo quiero que esta estúpida fiesta se acabe de una vez por todas, camarero otrooooo Champagne – menciona Lizeth.
- Entonces te puedo llamar por tu nombre verdadero?
- Haz lo que quieras, yo me asfixio en este lugar voy a salir a tomar el aire- la chica coge su copa y sale al exterior del yate a tomar el aire.
- Entonces eso quiere decir que no le importa, bien ya que el jefe no me necesita por el momento voy a divertirme un poco, camarera sírvame más de esto que está muy bueno…….
Lizeth había salido al exterior porque en verdad no podía soportar ver a tanta gente rica por todos lados hablando de sus nuevos coches, sus casas nuevas etc., eso a ella no le importaba solo deseaba que la fiesta terminara y que Claus hiciera lo que tenía que hacer, es decir, ella no era tonta sabía que Claus la había traído por alguna razón importante.
- Claus que quieres de mi ahora- la joven observó que el cielo estaba repleto de estrellas y eso le gustó mucho- hacía mucho tiempo que no veía una noche tan luminosa, se ve que mañana hará sol- la joven se termina su trago. El buen momento que estaba viviendo desapareció cuando escucho unas voces cerca de allí.
- Perdóname por favor yo solo quiero ser feliz y cambiar de vida- decía una mujer con la cara llena de golpes.
- Cállate tú me perteneces a mí y a nadie más, tu vida me pertenece sino eres mía no serás de nadie- parecía una pareja que estaba discutiendo por alguna razón, la mujer estaba en el piso llorando.
- Por favor ten piedad de mí- decía la mujer.
- Si no eres mía, no serás de nadie- de repente el hombre saca una pistola de su bolsillo y se lo apunta a la mujer.
- No me mates irás a la cárcel que no lo entiendes ya no te quiero, déjame ir.
- Nunca, despídete de este mundo, te mataré y tiraré tu cuerpo al mar- la discusión de la pareja fue interrumpida por la presencia de alguien que sin querer había escuchado toda la discusión.
- Tú debes de ser la personas más imbécil que he conocido en mi vida- la persona que se acercó era Lizeth con un cigarrillo en la mano.
- Tú quién diablos eres?- menciona el hombre.
- Por favor ayúdame llama a alguien- menciona la mujer que estaba tirada en el suelo.
- Y a ti que te importa quién soy yo, solo que si vas a matarla yo de ti no lo haría en este sitio, que acaso eres ciego, este yate está repleto de gente y puedo asegurar que esa pistola que llevas no es silenciosa verdad?
- Si y que, igualmente la voy a matarla.
- Hazlo ir te pudrirás en la cárcel toda tú vida.
- Claro, me piensas delatar verdad, pues no me queda más que matarte a ti también- el hombre ahora apuntaba con la pistola a Lizeth.
- Así que piensas matarme para que no te delate, será mejor que guardes esa pistolita de juguete sino las cosas te van a ir muy mal te lo aseguro- acto seguido Lizeth se le acerca al hombre.
- Quieta, sino disparo!!
- Pues hazlo o no tienes huevos, solo eres un chulito que se hace pasar por un gran hombre, pero no eres más que un gallina que no disparará - le dice Lizeth con tono de burla.
Mientras tanto dentro de la fiesta la gente parecía estar pasándola muy bien, Claus está teniendo una charla muy agradable con su amigo Charles Down que en este caso era el anfitrión de la fiesta.
- Claus amigo mío mírate, estas igual que el primer día que te conocí- menciona Charles.
- Pero que dices, me he convertido en un viejo que ya no sirve para nada en cambio tú y tu hermosa mujer están estupendos, puedo apostar a que son muy felices- dice Claus.
- Claro que lo somos, no se nota? Jajajajaja, por cierto déjame presentarte a un buen amigo que llegó hace poco de Florida. – menciona Charles.
- Claro será un gusto conocerlo, en donde está?
- Creo que no ha llegado todavía porque no le he visto, seguro debe estar por allí conquistando corazones o a lo mejor no ha llegado aún- menciona Charles mirando el reloj.
- Puede ser, a lo mejor se perdió, jajajajaj –menciona Claus
- Por cierto amigo donde está lo que te imploré que trajeras.
- No lo sé, seguro que estará por alguna parte, es que ella no es de esas mujeres que les justa los lujos o fiestas, es mas reservada, tranquilo ya la mando a buscar- el hombre coge de su chaqueta su teléfono y llama a Arturo para que busque a Lizeth.
Minutos después una limosina hace acto de presencia en la fiesta, de ella bajó un hombre muy bien vestido con un esmoquin de color negro y con un puro en la boca, era un hombre maduro y muy atractivo, venía con 5 hombres vestidos de negro y gafas negras que aparentaban ser sus guardaespaldas, el hombre se encaminó a entrar en el yate cuando observo que unas personas estaban discutiendo por alguna razón se acerco pero no lo suficiente para no ser visto, le había ganado la curiosidad y observó lo que estaba pasando.
- No des ni un paso más, sinó te mato a ti también- mencionaba un hombre con una arma en la mano.
- Hazlo entonces dispárame si tienes agallas,….. lo sabía porque siempre se rajarán!!!me aburres con tus tonterías- la mujer se acerca al hombre y le da un puñetazo en la cara dejando al hombre en el piso y sangrando.
- Maldita como te atreves yo no podré disparate pero ellos sí, chicos maten a esta maldita!!! – detrás de Lizeth se encontraban 5 hombres con navajas y bates de béisbol.
- Mala idea por tu parte, odio a los cabrones que no pueden pelear por sí mismos y siempre tienen que enviar a alguien para que haga su trabajo sucio, sabes no te lo dije pero hoy estoy muy cabreada y tú me has traído a estos estúpidos para despojarme de este cabreo, te lo agradezco intentaré no matarlos pero no te prometo nada – Lizeth se rajó un poco el vestido para poder moverse mejor y en un y cerrar de ojos Lizeth se encontraba detrás de los 5 hombre que venían a auxiliar a su jefe.
- Pero que….- menciono uno al ver la mujer detrás de ellos.
- Nunca bajes la guardia imbécil - en un segundo uno de ellos ya estaba en el piso inconsciente.
- Maldita puta, vamos muchachos solo es una mujer, no puede ganarnos- mencionó uno de ellos.
- No has escuchado el dicho, “nunca subestimes a una mujer”- Lizeth se lanza sobre otro de ellos y lo derriba.
- Ya solo quedan 3, vamos chicos quien sigue…..
- MALDITAAAAAA- se le acerca uno con un bate en la mano.
- Eres muy lento- Lizeth logra esquivar su golpe con gran facilidad y lo lanza al mar.
- Mal nacida, toma esto- se le acerca otro con una navaja.
- Sabes siempre he querido saber si los tacos hacen dañoooooooo…- Lizeth alza su pierna y le clava el tacón en el hombro y también lo lanza al mar.
- Maldición jefe…. esta mujer es Terminator, yo me marcho- mencionó el último.
- De verdad, esto es lo único que tienes!!! - dice Lizeth
- Yo lo siento mucho, perdóname…..- el hombre que estaba amenazando a la mujer con matarla se levanta del piso y sale corriendo.
- Menuda pérdida de tiempo, yo que pensé que podría divertirme un poco, mierda de noche- dice Lizeth encendiendo un cigarrillo
- Disculpa, pero yo te agradezco por salvarme la vida- se levanta la mujer que estaba en el suelo.
- Por salvarte dices, no digas tonterías, yo solo buscaba divertirme un poco en esta fiesta aburrida, no tenía ninguna intensión en salvarte la vida, lo has entendido?- menciona Lizeth dispuesta a irse.
- Igualmente te lo agradezco, me llamo Karen.
- Que no me escuchaste, no me interesa saber quién eres así que adiós y por cierto procura relacionarte con gente mejor- Lizeth se retira hacia la fiesta.
Lizeth se encaminó hacia la salida, sin decirle a Claus que se iba, mientras tanto el hombre que había visto a escondidas la pelea entro en la fiesta, al entrar todo el mundo le saludó, parecía ser un hombre muy importante ya que todos lo reconocieron, poco después el hombre fue a saludar al anfitrión de la fiesta.
- Hombre ya era hora de que aparecieras y yo que pensaba que no vendrías Enrique Montenegro Mendosa.
- Jajajjajaja nunca le haría un desprecio así a mi amigo Charles Down- menciona el nuevo aparecido.
- Déjame que te presente, él es Claus un viejo amigo de la familia- menciona Charles el anfitrión de la fiesta.
- Un gusto en conocerlo soy Claus.
- El gusto es mío soy Enrique.
- Usted no es el empresario con más prestigio en los Estados Unidos?- menciona Claus.
- El mismo, pero no estoy aquí para hablar de trabajo, y perdón por la demora es que me entretuve viendo una pelea pero nada del otro mundo.
- Una pelea aquí en mi yate?
- No te preocupes Charles la pelea ya acabó ya está todo controlado.
- Una pelea dice?- dijo Claus un poco preocupado.
- Sí, pero debo admitir que fue muy interesante pero ya no hablemos del tema, me enteré por mi buen amigo Charles que usted Claus es uno de los hombre más conocidos aquí en Miami por los negocios que hace verdad?
- Sí, me gusta hacer las cosas bien hechas y me gusta trabajar con las personas más preparadas porque no me gusta que haigan errores en mis negocios, usted ya me entiende verdad?
- Por supuesto, a mí tampoco no me gusta los errores, no soy hombre de dar segundas oportunidades- menciona Enrique bebiendo de su copa.
- A Claus le gusta todo recto y sabe escoger muy bien a sus peones no es verdad amigo?- menciona Charles.
- Para mí no son peones, son más que eso amigo- menciona Claus a Charles.
- Es verdad, perdóname si me he pasado jejejeje, debo decir que tú Claus sabes muy bien lo que haces y con quien te relacionas, eres un viejo muy sabio.
- Gracias amigo pero solo hago mi trabajo - menciona Claus.
- Además cuentas con tu arma secreta, que… por cierto donde está- menciona Charles a Claus.
- Arma secreta?- menciona Enrique interesado en la conversa.
- Es que Claus tiene una arma secreta en su organización, una máquina de matar?- menciona Charles un poco ebrio.
- Máquina de matar?
- Si mi querido Enrique nada más ni nada menos que una mujer.- menciona Charles acabándose el licor que tenía en su copa.
- Una mujer? Una máquina de matar?- menciona Enrique
- Si, es muy conocida aquí en Miami, la llaman la mujer de la débil sonrisa- dice Charles.
- Ese es solo un apodo que le han puesto, ese no es su verdadero nombre, ella trabaja para mí y solo hace bien su trabajo nada más- menciona Claus un poco disgustado.
- No amigo nada de eso, esa mujer es una arma letal, yo la he visto asesinar sin piedad, ya me gustaría a mí tenerla como arma secreta jajajajajaj- menciona Charles.
- Vaya no sabía que tuviera esa arma secreta Claus, algún día me gustaría conocerla- menciona Enrique. La plática de los tres hombres fue interrumpida por la presencia de Arturo…
- Disculpe jefe- menciona Arturo a Claus.
- Que ocurre- dice Claus.
- En privado jefe…
- Si me disculpan- Claus y Arturo se alejan un poco de los dos hombres para poder hablar más tranquilamente.
- Jefe, Lizeth no está creo que se marcho no logro encontrarla- dice Arturo.
- Entiendo, puedes irte espérame fuera que no tordo, me despido y nos vamos.
- Entendido jefe-el muchacho se va. Claus regresa con los dos hombres para despedirse.
- Que ocurre Claus?-dice Enrique.
- Tienes que perdonarme Charles pero tengo que ir a atender unos asuntos- dice Claus.
- Y la chica no me la trajiste?- dice Claus un poco disgustado por no ver a la chica.
- Si claro que vino pero le mandé a resolver unos asuntos que surgieron a última hora, espero que me entiendas amigo- dice Claus poniéndose su chaqueta.
- Bueno amigo por esta te perdono- dice Charles.
- Gracias si me disculpan, fue un gusto conocerlo Enrique- dice Claus.
- No el gusto fue mío, vaya a ocuparse de sus asuntos.-dice Enrique.
- Que tengan una buena noche- Claus se dirigió a la puerta para irse. Mientras que los dos hombres se quedaron hablando.
- No está muy anciano Claus para ocuparse de su organización?- dice Enrique bebiendo de su copa.
- No lo subestimes, es un viejo duro de matar, es un buen hombre, de verdad te recomiendo hacer negocios con él- dice Charles.
- Lo pensaré muy detalladamente, mañana iré a verle para hablar de negocios, me gustaría hacer negocios con él- menciona Enrique.
- Se lo aseguro no te arrepentirá jajajajjaja, bueno querido amigo vamos a cambiar de tema y como te ha ido en Europa……- los dos amigos dejaron de hablar del tema pero en verdad que Enrique estaba interesado en la organización de Claus y más por esa mujer que decían que era una máquina de matar, pero al mismo tiempo no podía parar de pensar en la pelea que había visto.


PD: Espero que les guste este nuevo capítulo, esperen al próximo cada vez se pone muy bueno
Ainokusabi29 de julio de 2014

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