Entonces Te Creeré
Dímelo luego, cuando nadie te escuche;
algo tan serio, tan sublime, merece la pena
exclamarlo en silencio.
No te muevas si el rayo intenta contactar
contigo,
no dejes de luchar por lo que anhelas
aunque los otros te digan
lo contrario.
Porque querer sin actos,
sin demostrarlo, es no querer;
puedo ser tan necio como para prometer
y prometer
y no hacer nada
de nada
Dímelo sin que nadie lo escuche,
entonces te creeré.