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Inteligencia Compasiva

Opino que deberíamos dejar las vías rectas y tomar el mayor número de vías curvas, y así darle un sentido más fantasioso a nuestras vidas inundadas por la realidad que devora esperanzas y quimeras. Dudo mucho que el universo se expanda hacia un sólo lugar; el universo, al igual que el ser humano que anhela existir intensamente, se expande hacia mil lugares diferentes, hacia cientos y cientos de emociones y personas que nada o todo tienen que ver entre ellas. Actualmente nos percatamos de que la astucia de muchos es utilizada para engañar a la inmensa mayoría de ciudadanos y, de paso, deformar la realidad, tal y como lo explicaba Sir Francis Bacon: “No hay cosa que haga más daño a una nación como el que la gente astuta pase por inteligente”. Tal vez este sea el quid de la cuestión a tantos males que sobrellevamos: que los astutos, los listillos, han ido utilizando sus armas desleales para engañarnos durante años, para vendernos un “carpe diem” ilusorio y sin futuro, asegurándonos que en lo material reside lo primordial, cuando, si lo pensamos bien, es en la equidad, la humildad y la comprensión donde reside la prosperidad en singular y en plural, ya que aquellas sociedades que basan su existencia en el egocentrismo y las segmentaciones, están condenadas a corto, medio o largo plazo a convertirse en sociedades quebradas y sacudidas fuertemente por todo tipo de trances, tanto económicos como morales. Tendríamos que tener claro que en la vida del ser humano los acontecimientos no suelen ser blancos o negros, mayormente son una mezcolanza de grises. Los hombres y mujeres inteligentes deben utilizar tal “don” para que la bonanza del conjunto social sea factible, y no una quimera malévola basada en el gusto por medrar en términos ególatras, arrinconando a nuestros semejantes. Esta semana se cumplen dos años del fallecimiento de mi buen amigo Luís Carlos Boullosa, poeta en sí mismo, benefactor de causas perdidas y gran custodio de los corazones contrariados y ermitaños. Desde donde se encuentre sé que él estará observando la crisis actual como una gran injusticia en la que los que manejan el cotarro miran por sí mismos y no por la mayoría desalentada. Luís me lo decía en una de las últimas conversaciones que tuvimos poco antes de su fallecimiento: “Compañero, la inteligencia sin bondad no sirve para nada”. Correcto, apreciado Luís, visto lo visto, semeja que las mentes resplandecientes han utilizado su brillo para hacer de este mundo un lugar más obscurecido, y mientras esto siga siendo así, por desgracia, las cosas continuarán siendo igual, o peor.
Alexandervortice11 de octubre de 2011

1 Comentarios

  • Alexandervortice

    Muchas gracias por tus palabras, amiga Soloalma.
    Te deseo lo mejor y, sobre todo, que la paz te acompañe.

    Un abrazo.

    12/10/11 04:10

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