Radicalmente
ACARICIO cucarachas
y mecedoras saturaras
de sinrazón.
Se sublevan los compases del otoño
y el invierno se dedica a desvanecer ardores.
Engullo hormigas, cantimploras secas de ti,
adornos de afecto perdido, notas amargas,
sinfonías de un recorrido incomprendido
Enseguida llega el rapsoda con su laúd
de ingenuidades y padecimientos opacos;
él se tiñe de sensatez ante el mundo,
radicalmente feliz, se eleva por encima
de la hipocresía y, ciertamente,
fallece sobre las manos de Morfeo.