Sin MÁs
Ir caminando muy lentamente
por las calles carentes de juventud
o por los cementerios sin tibias de suicidas
es como caminar rápidamente
por las arterias de una vida por vivir.
¿Es legítimo decir lo que piensas
cuando los dedos palpitan y el hedor de los autos
es sarcástico e insaciable?
¿Puedo decir sin más cuando mi ceja derecha
discrepa con mi ceja izquierda
y los verdores que se desperezan
en la condenación son ramajes socarrones?
Marchar por la vida es como inclinarse
ante un tabernáculo hecho con gentileza y mirra;
morir es huir, volar sin especular
,
acostarse en una tumba es como masticar
pisto condimentado con el suplicio
del novísimo homicida.