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Ejercicio Literario En Primera Persona

Hola a todos.
Os propongo un magnífico ejercicio, que realicé en un taller de novela con el escritor Jorge Eduardo Benavides. Se trata de elaborar un relato con este inicio:
"Al llegar a casa y precisamente en el momento de abrir la puerta, me vi salir. Intrigado, decidí seguirme."
Por supuesto, hay que continuar el relato en primera persona, y no caer en la tentación de pasar a la tercera. Tampoco abusar del reflexivo. El lector debe tener claro en cada momento con qué "yo" estamos en cada momento. Os aseguro que es un reto interesante y muy productivo. Animaos a hacerlo. Aquí va el mío:



Al llegar a casa y precisamente en el momento de abrir la puerta, me vi salir. Intrigado, decidí seguirme. Bajé apresurado las escaleras y salí a la calle. Y yo, detrás. Era esa hora de la tarde que marca el fin de la jornada, y tuve que hacer un gran esfuerzo para no perderme de vista entre la ingente riada de grises oficinistas que, abarrotando la larga avenida, volvían a sus casas. Por un momento, temí haberme despistado. Pero entonces oí mi voz a mi espalda llamar a un taxi. Me giré. Ahí estaba, a escasos tres metros de mí. En ese momento nuestros ojos se cruzaron, y por un instante estuve seguro de haberme descubierto. Si así fue, no mostré indicio alguno de ello. Subí al taxi, y yo hice lo propio en otro. Pedí al conductor que me siguiera. Me miró extrañado, con ojos suspicaces a los lados de una narizota colorada, tratando de dilucidar si estaba loco o simplemente era idiota. Probé de nuevo. ¡Siga a ese taxi! Soné irreal, artificioso, como el accidental héroe de una película de serie B, pero el hombre giró su nariz al mismo tiempo que el resto de su cabeza, y con un brusco acelerón comenzamos a seguirme entre el denso tráfico urbano. No podía apartar la vista del taxi que me precedía. No podía apartar la vista de mí. En un momento dado, me volví. Me tumbé a toda prisa en el asiento. Luego, tras unos segundos inciertos, volví a asomarme con precaución. Allí estaba, mirando de nuevo al frente, sin aparentar haberme dado cuenta de nada. Tras veinte minutos de prudente persecución, salimos de la ciudad. Enfilamos la autopista, y pedí al taxista que no se pegase demasiado a mí. No quería descubrirme antes de poder averiguar a dónde me dirigía. La noche estaba cayendo, y se me hacía difícil distinguirme entre las sombras del taxi. Dejamos la autopista y nos adentramos en una carretera de doble sentido que nos llevó hasta una zona industrial. No recordaba haber estado allí antes. El taxi paró junto a una enorme nave a oscuras, y me vi bajar. Con grandes zancadas, me dirigí hacia la única entrada de la nave, una oxidada puerta metálica, y entré. Al rato, una pequeña y sucia ventana, que por su situación parecía estar en un piso superior, se iluminó. Bajé del taxi. Pedí a la roja narizota que asomaba por la ventanilla que esperase, y entré a mi vez. La oscuridad, densa y agobiante, anegaba el interior de la nave. Solo un débil rayo de luz escapaba por la rendija de una puerta situada por encima de mi cabeza. Su frío resplandor me iluminó una escalera metálica que, a escasos dos metros de mí, arrancaba directamente hacia la puerta. Supuse que se trataba de la oficina, o un despacho. Subí procurando no hacer el más mínimo ruido y me asomé por la rendija, esperando encontrarme allí. Justo entonces sentí un fuerte golpe en la nuca. El macabro crujido de mis huesos al quebrarse fue lo último que escuché antes de caer al suelo y volverse todo negro. Mi cabeza comenzó a sangrar abundantemente. No necesité agacharme a comprobar si estaba muerto. Un escalofrío recorrió mi espalda al tiempo que soltaba la tubería, que golpeó el suelo con estruendo. Salí corriendo de allí. Entré en el taxi y pedí que me llevase a casa. Puse mi mano en la barbilla tratando de pensar, y entonces me di cuenta de que estaba manchada de sangre. Mi sangre. De repente todo empezó a darme vueltas, sentí ganas de vomitar y comenzó a dolerme la cabeza, justo en la nuca. Cerré los ojos, pero fue peor. Me vi tendido en el suelo, junto a aquella puerta, y no paraba de sangrar. Me limpié la mano en mi chaqueta y abrí la ventana, por ver si el frío aire nocturno me despejaba. Miré las luces de las farolas pasar veloces junto a mi, y supe que tenía que escapar. Cogería lo más imprescindible del armario, todo el dinero que tuviese en casa, y me largaría en el primer tren. Noté que, a pesar del frío de la noche, estaba sudando. Sequé mi frente con el dorso de la mano, hice crujir mis dedos. Me di cuenta de que el taxista me miraba, y me dije que, si no quería acabar en comisaría, debía tranquilizarme. El viaje se hizo eterno, pero al fin llegamos. Pagué el taxi y dejé una buena propina. Miré a un lado y a otro, esperando que la policía me detuviese en cualquier momento. Entré en el portal y subí la escalera a toda velocidad. Al llegar a casa, y precisamente en el momento de abrir la puerta, me vi salir.
Alpana15 de marzo de 2014

23 Comentarios

  • Indigo

    Buena propuesta, una manera de romper con la rutina habitual. Ya volveré con un texto y aliento a los amigos a presentar los suyos. Nos vemos!

    16/03/14 01:03

  • Indigo

    Buena propuesta, una manera de romper con la rutina habitual. Ya volveré con un texto y aliento a los amigos a presentar los suyos. Nos vemos!

    16/03/14 01:03

  • Libelula

    Lo intentare Alberto.
    Pero no soy muy buena con los relatos.
    Besos

    16/03/14 05:03

  • Libelula

    ""Al llegar a casa y justo en el momento de abrir la puerta me vi salir.
    Intrigado .Decidi seguirme.
    Yo baje las escaleras como siempre , maldiciendo al casero por no arreglar la ultima rachuela , del ultimo escalon.
    Ya en el portal me mire , todo despeinado y con esa ropa llena de manchas parlantes.
    La de la camisa gritaba tu nombre en rojo carmin ""Laura Laura..""
    y sus besos electricos.
    Despistado me decia la mancha de cafe en mi solapa .
    Y asi, mantubimos una conversacion anema .
    Que se vio interrumpida por un sol cegador qye me abordo a la salida del portal.
    Todo parecia normal .
    Ahora tomaria un taxi y...
    No ?.
    Sali caminando sin mirar cruce la calle lo que me supuso varios insultos muy gratificantes.
    Mire mi reloj y camine con prisa , yo Don caracol parecia querer ganr el premio a la maraton del dia.
    Cuando me vi cerca del Retiro me maldeci.
    "" Nosotros al parque "".
    Y me segui mas de cerca .
    Olia a sudor nervioso camine , minutos horas .
    Que se yo.
    Y me sente en un banco vacio .
    Al rato llego ella "Laura Laura" grito su mancha.
    Bella radiante , sexi.
    Se sento a mi lado y me hablaba de cosas absurdas mientras yo me perdia en sus senos ,Dios y que senos.
    De rrepente el negro , dolor y gritos Laura llorar si solo lloro cuando su caniche le destrozo su bolso de Prada.
    Pero que cojones pasaba?.
    Yo muerto y con Laura de expetadora.
    Que injusta era la muerte , siempre soñe morir haciendo el amor cin las gemelas del quinto.












    Para ti Alberto , lo hice de un tiron y medio dormida jaja no seas muy cruel.
    Besos

    16/03/14 06:03

  • Gentio

    Libelula sabe.

    16/03/14 08:03

  • Libelula

    :)p

    16/03/14 08:03

  • Neogrekosay2012

    Al llegar a casa y precisamente en el momento de abrir la puerta, me vi salir. Intrigado, decidí seguirme. Me di cuenta de que me colocaba en un mismo lugar del ascensor, me miraba al espejo y procuraba descubrir si mis dientes estaban lo suficientemente blancos. Era agradable sentirme en una forma de duplicidad, como si el valor de mi cuerpo y de mis actos valieran el doble ante la rutina del día a día.

    16/03/14 01:03

  • Alpana

    Espero tu texto, Indigo.
    Un saludo.

    16/03/14 06:03

  • Alpana

    Muy bien, Libélula, sugerente y rompedor. Menos mal que estabas dormida y que lo tuyo es la poesía.

    Un beso.

    16/03/14 06:03

  • Alpana

    Interesante, Neogrekosay. Una idea que puede ser desarrollada más extensamente. ¿Por qué no pruebas?

    Gracias por pasarte, y un saludo.

    16/03/14 06:03

  • Libelula

    Pues estaba , estaba me desperte a las 5:35 os lei un poco vi tu idea y ne gusto.
    :)

    16/03/14 07:03

  • Febe

    Hola y gracias por compartir este ejercicio con todos.

    Al llegar a casa y precisamente en el momento de abrir la puerta, me vi salir.
    Intrigada decidí seguirme. De casa al camino polvoriento que sube la colina, me veo a mi misma subiendo la colina, con pies descalzos. Es fácil seguirme a mi misma, voy despacio , respirando profundamente .Pero estoy anonadada, por éste insólito hecho. Estaré soñando ? Grito mi nombre y yo no me doy por aludida, el sol llega a su ocaso . Yo siento caer la noche y me veo contemplando las estrellas. Me quito los zapatos y descalza también comtemplo las estrellas.


    Me resultó difícil.


    17/03/14 01:03

  • Alpana

    Hola Febe. Es que no es un ejercicio sencillo.

    Bien llevado, sólo cambiaría "me veo a mí misma subiendo... es fácil seguirme a mi misma..." por "subo la colina con pies descalzos. Me sigo. Es fácil hacerlo, voy..."

    Espero que aprecies la diferencia.

    Un saludo.

    17/03/14 09:03

  • Laredaccion

    Una idea original, Alberto, A ver si me animo.
    Muy interesante tu aportación-relato; la intriga me hizo devorarlo para llegar al final.
    Un abrazo.

    17/03/14 12:03

  • Febe

    Gracias, aprecio tu respuesta y ayudaste a que viera la diferencia !.

    17/03/14 09:03

  • Alpana

    Estupendo, Esteban. Espero ese ejercicio tuyo.

    Abarzos.

    18/03/14 09:03

  • Alpana

    Un placer, Febe. Muchas gracias por el aporte.

    18/03/14 09:03

  • Asun

    Mi aportación.
    -*-*-*-*-*
    "Al llegar a casa y precisamente en el momento de abrir la puerta, me vi salir. Intrigado, decidí seguirme."
    Bajaba las escaleras apresurado, demasiado apresurado y aturdido.

    Por fin había sido consecuente y capaz. Consecuente con mi conciencia, y capaz de enfrentarme a ti. Sin embargo después de tanto calibrar tu reacción y esperar el momento propicio, todo ha salido al revés. Extrañamente has permanecido inalterable, distante, como si mis palabras, ya nada tuvieran que ver contigo. Y yo, el fuerte, el frío e impasible hombre de hierro, me veo salir a la calle roto.

    Vuelvo sobre mis pasos, como en un bucle del destino. Llego a casa y precisamente en el momento de abrir la puerta, decidí no hablar contigo. Olvidar lo pasado y seguir delante de cualquier manera con nuestra vida. Todo para no verme salir a la calle roto para siempre.
    -*-*-*-*-*-

    19/03/14 02:03

  • Alpana

    Asun, no esperaba que el protagonista se dirigiese a otro personaje en segunda persona, y el ejercicio no está diseñado para eso, pero por otro lado debo decir que le has dado un giro que no era evidente y has hecho un relato excelente.

    19/03/14 05:03

  • Asun

    Alberto llevas toda la razón. Es bastante más complicado de lo que parece. Yo lo he simplificado un poco y he hecho aparecer a esa segunda persona.
    Requiere mucha concentración, pero merece la pena. Debo decir que siempre quise asistir a algún taller y por falta de tiempo y posibilidades, nunca lo he hecho.
    Así esta es una magnífica oportunicad para aplicarme y seguir una propuesta con disciplina.
    Gracias, por todo ello.

    20/03/14 12:03

  • Alpana

    Sete, estoy seguro de que tus relatos eran mejores de lo que piensas. Aún así, es cierto que cada uno tenemos nuestras habilidades. Igual que tú bordas la poesía, yo en ese campo soy un inútil funcional. Cosa que no te ocurre a ti en sentido contrario, porque he leído prosa tuya y, si bien no alcanza a tus versos, no está nada mal.

    Un beso.

    20/03/14 09:03

  • Alpana

    Asun, yo tuve mucha suerte. Abrieron la Casa del Lector muy cerquita de mi casa, en el Matadero, y pillé uno de los primeros cursos que se hicieron por muy poquito dinero. Siguen siendo subvencionados por el ayuntamiento, si estás interesada mira periódicamente la página de la Casa del Lector para ver si puedes cazar alguno.

    Besos.

    20/03/14 09:03

  • Indigo

    Hola Alpana. En mi página dejé mi historia. Tengo mi compu en mantenimiento hace unos días, por eso la tardanza y escribo desde el teléf. que hace cosas extrañas, por cierto. Me gustó tu iniciativa y las historias de todas las personas que participaron. Sería interesante si promovieras otro ejercicio similar, es estimulante y positivo.
    Saludos.

    25/03/14 11:03

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