Camino bajo la lluvia, la noche esta tristemente gris y fría. Llegando casi a la esquina vi una cafetería, busque una mesa en un rincón que me cobije de los recuerdos que caían en cada gota de aquella garúa.
Mientras esperaba el café hacia garabatos en una vieja agenda, pensaba si lo que llevaba dentro Frida lo había padecido tan en carne viva amando a su Rivera.
Si lo que siento tan íntimamente se asemejaba a la entrega completa de un Pablo hacia su Matilde, venía a mi mente esa inmensidad de versos que me desprendían el alma Llénate de mí, Ansíame, agótame, viérteme, sacrifícame. Pídeme. Recógeme, contiéndeme, ocúltame
Me deje abrazar por los versos que Don Mario me iba susurrando erizando mi piel al evocarlos porque yo también te amo sin preguntas sin buscar respuestas
La intimidad de un amor que se guarda dentro, un amor que de solo pensarlo te enciende el pecho, haberte amado tanto que reencarno y sigue ardiendo. Te llevo en la piel como una grafía imborrable, como la acuarela sellada en un viejo lienzo, añorarte sin siquiera sentir ansiedad ante lo incierto.
No solo te llevo en mi mente, me recorres el cuerpo, algo que me impregna tan íntimo como el silencio.
Estas y no pero sigo aquí desbordado un amor en su mas pura inocencia.
El café se bebe en tu ausencia
Los versos te nombran
Imperfecto, con el poderío de sentirme tuya sin ninguna sombra
Amas a los mismos que yo, Alunine, Frida Kalo y Mario Benedetti, Es una gran manera de elegir.
Estoy muy contenta de poderte comentar aquí a solas y en dulce compañía.
Alumine74, que maravilla, tus palabras me recuerdan a un amor perdido, pero que nunca quedara en el olvido
cada palabra se va entrelazando con la siguiente hermoso.
saludos