Corroe el dolor por mis venas
en tu ausencia,
en mi espera.
Socavan los recuerdos
tus acordes;
mi esperanza contenida
en tu melodía.
Calla la cítara
se oscurece el día
Dulce ocaso
que precede
a nuestro renacer.
Quebrantan mi voluntad,
los últimos estertores
de una vida que fue sueño;
queda inerte el presente,
gestando una vida soñada.
Espectro de tu cuerpo
prendado a tu memoria.
En mi habitan tus carnes;
el camino del exilio
tras la senda de tu afilida caricia.
Lacera mis sentidos
el vacio de tu ausencia.
Se apaga mi melodía
en la sinrazón de ser;
Nuestra eternidad habita...
...en tu pulso detenido...