Con la enmudecida complicidad de la noche,
recorres el mundo que ya no te pertenece.
Traspasas umbrales
Levitas buscando aquello que ya no tiene nombre
Clamor por llegar a la que fue tu morada
Cruzándote con otras almas
Que laceradas van penando
Sollozas, lágrimas que no se ven
clamando
Buscando el recuerdo
Que parece haberte olvidado
El epitafio borroneado
Flores secas tapadas por la maleza
Las escaleras interminables
Aquel cielo al que nunca llegas
La oscuridad que te absorbe
Tumba donde hacen eco tus gritos
Tu voz que fue callada
La foto agrietada
la humedad y el tiempo
y alguien se olvido que te amaba