Aquella mañana, sin motivo alguno desperté a las 5 de la mañana, algo parecía no estar bien, algo parecía inquietarme, me levante, y presione el botón de inicio de la computadora, fui por agua, tenía la boca seca, sentía espinas en la lengua, al por fin accesar, ahí estaba, esperando a ser visto, esperando a ser leído, un mensaje nuevo, un mensaje nuevo que sería el último.

Al terminar de leerlo, no puede manifestar sentimiento alguno, ni si quiera una lagrima ni si quiera una sonrisa, era algo que ya presentía, era algo para lo que estaba preparado, tome valor para acostarme y dormir,... unas horas después, aún tenía la boca seca, aun sentía un nudo de espinas en la lengua, aun sentía que algo andaba mal.

Paso el tiempo, quizás un par de minutos, o un par de horas, el tiempo me fue imaginario, y odio contarlo por fin tuve valor para comenzar lo que sabía sería la última conversación por lo menos en este capítulo de vida, y así fue, de reclamos, a verdades, de mentiras mal hechas, a chantajes abusivos, todo en menos de lo que imaginas.

No, no todo es negativo, no fueron años malos, quizás terminaron como deberían, quizás terminaron como debían,... mientras más lo repito quizás más me hago a la idea de que así debió ser, de que mi mayor alegría pasara a ser mi mayor decepción, de que todo comenzó con un hola, y curiosamente como debía ser, termino en un adiós.

Quiero que este sea el prólogo de un nuevo capítulo, no me mal intérpretes, no quiero comenzar sobre estas cenizas, más bien quiero tomar lo bueno y así comenzar, lo aprendido, lo olvidado, no soy mejor que antes, no soy peor que ahora, simplemente soy el mismo, aquel solitario depresivo que quiere cambiar la portada de un libro que dice decepción

AlvereySeguir Autor Recomendar Texto Agregar a Favoritos