En lo mas oscuro del bosque me escondía, susurraba tu nombre, esperando a que aparecieras pero no fue así, corrí lo que mas pude asta llegar a tu tumba, estaba sembrada, las delicadas hojas se posaban frente a tu nombre, mi sangre hirvió de impotencia, te veía tan sonriente jugando junto a mi, y ahora solo estabas bajo tierra sufriendo el encierro.
Tu nombre no valía nada, mi vida valía menos, sentada en aquel silencio, una lágrima recorrió mi mejillas, un dulce sito salado se sintió en mis labios, un rencor y un nudo en la garganta fueron los culpables, te sentía desde lejos pero no pude llegar a tenerte cerca.
Un paseo en las noches me recordaba donde estaba, una luz me decía donde encontrarte, pero nunca la vi. La pena se apodero de mi, necesitaba estar junto a ti, tenia la esperanza de que salieras de aquel pedazo de cemento y me tendieras la mano para llevarme al mas allá junto a ti. Junto a los nuestros que un día se llevo aquel señor sin razón y mucho menos corazón, separo a dos personas que deberían estar juntas, las corto y no le importa nada, aquel niño sufría y yo miraba el cielo buscando explicación, las nubes cubrían el cielo un rayo callo junto a mi, rompió mil pedazos tu nombre y ahí te veo de nuevo junto a mi.
