Apareció el temido siete. Al ver el título, me dije, bueno tu siete (encerrado en caja de zapatos
encerrada, en tu poema, en una más de las bellas figura alegóricas-mitológicas (la caja de Pandora), que salto a salto, pisando despacio, he leído; pero el texto está tan lleno, pletórico de figuras; voy aprendiendo de tu ironía filtrada en muchas estrofas Y el temido siete me causó el mismo placer que si fuera el número seis, y me obliga a extenderme.
Ya te he dicho la atracción fatal que me causan los números primos, al no dejarse atrapar más que por esa unidad que yo considera la sombra de todos y por sí mismo. Una alegoría del individuo solitario, y no me creo que lo hayas escogido al azar, porque tras leerte varios poemas , que pueden parecer que no resumen nada, pero si contienen la libertad de la que no escribe a la moda ni a las circunstancias temporales, esos versos han eclosionado ahora pero viajan hace años por tus arterias
y se nota, vaya si se nota.
El número 7 para mí viene marcado por la fecha de mi nacimiento, 7 de octubre, pero por algo de lo que tu revelas pronto y muy bien, tanto es así, que así , en otras palabras mi abuelo me habló del siete:
Tú . Quiero que sepas que boca abajo
el número siete se parece
a la eternidad de un calendario que no existe,
Mi abuelo:
-línea recta, partida por la mitad, en busca de un ángulo recto (viene a decir lo mismo, la eternidad, me decía ,del número primo que es el líder, como el capitán del equipo. La esquina de la vida. Eso no se me olvida nunca, lo mismo que las trayectorias de la vida ..y cuantas variables la desvían.
Pero el texto es apasionante por esta presencia del siete como figura del Apocalipsis, y tampoco me parece casual, no hay casualidades en nada de lo que escribes, lo único, que ocupo demasiado en el análisis, pero aquí no se pueden adjuntar archivos comprimidos, espero que lo entiendas.
Ese siete boca abajo eterno o recta dividida a la mitad en busca de la eternidad del ángulo recto. Es el alfa y el omega, principio y final (símbolos que aparecen en la bandera de Asturias y en todos los monumentos del arte asturiano, arte diseñado por dos reyes, Alfonso II y Ramiro I, y que supieron plasmarlo en sietes en los relieves las obras más representativas) que nunca termina del todo (tu eternidad de un calendario). Ya voy a concluir antes de que me prohíbas extenderme más. El FINAL, el final que vuelve al Apocalipsis :
Como un gato para recordarte
que en las siete vidas que tienen,
yo te estaré esperando al final del camino
que parece no llegar a ninguna parte,
con una cajetilla de cigarrillos
a la que solo le quedan siete.
Uno por cada día de la semana que vas a quedarte
antes de cambiar de opinión.
Y aquí, voy a citar a DERRIDA, ya que mis palabras no lo podrían expresar mejor que él: El fín se aproxima, pero el Apocalipsis es de larga duración.
Me dejo miles de cosas(las cuatros esquinas más tres heraldos del Apocalipsis de SAN jUAN,ESAS LÁGIMAS QUE HAN PERDIDO el sabor a sal... que anoté, pero comprendo que me extiendo demasiado. Gracias por prestarme tanto espacio y regalar tanta imaginación y belleza.
Muchas gracias Libélula, para mi es un placer que te guste, en pocas o en muchas palabras, lo importante es que consiga teneros aquí un ratito, es fabuloso.
Me encanta como has conseguido cerrar el texto; la última estrofa y la conclusión. Muy bueno.
Carlos, no tienes que agradecerme nada, este espacio es para eso.
La verdad es que tienes mucha razón, nada de lo que he escrito ahí es por casualidad. El número siete significa muchas cosas como espiritualidad, análisis psíquico, conciencia.... y dos de ellas IDEALISMO y REPRESIÓN, son las protagonistas en este texto, la forma de la que idealizamos a veces a quienes nos rodean y a quienes queremos, las hacemos tan grandes, que consiguen arrancarnos textos de por vida... y la represión que siempre nos imponemos en determinados momentos, para mi a veces escribir, aunque siempre sea una liberación, también es una represión porque me permite desahogarme, desenredarme el alma, pero sin necesidad de decírselo a la otra persona, lo escribo y lo lanzo al aire, como una moneda.
Además, los amantes de ese número, lo son de la lectura, de la actividad intelectual, del aislamiento y extremadamente perfeccionistas, a la par que reservados y enemigos de las distracciones.
Y sí, como dices escogí un número primo, que solo es divisible por el mismo o por la unidad, y me resulta que eso esconde a la felicidad, o nos la proporcionamos nosotros mismo, o solo puede hacerlo otra persona, pero no cualquier, sino ESA PERSONA, esa única persona.
Respecto a las lágrimas que han perdido el sabor a sal, bueno, creo que cuando derramamos muchas por alguien, tantas pero tantas, la sal, que es símbolo de sanación pues ayuda a las heridas, se esfuma y las lágrimas ya no son sanadoras, sino simplemente, símbolo de anhelo.
Yo también me extendí mucho Carlos, pero quería responderte a todo.
Amparo.
Muchas gracias Salvador, al final todo se resume en semanas que pasan, y en todas las decisiones que tomamos en esos siete días.
Siempre es genial tenerte por aquí.
Mientras más leía, más dudaba que pudieras seguir construyendo a ese ritmo este magistral poema, pero ya vez, a cada estrofa leída te superabas más y más, yo ya no se que decirte, porque me has dejado sin palabras, solo sé que me ha encantado y continua así, que como el rey Midas, todo lo que tocas, lo conviertes en oro. Un beso grande desde Cuba...
Dairo
Muchísimas gracias Dairo, me alegro muchísimo saber que te ha gustado, y que me has dejado tus pupilas un rato, entre mis palabras, para poder yo también disfrutar de los ojos que me leen.
Me encantaría que pasaras por aquí a menudo.
Yo también te he leído, y algunas cosas se han quedado conmigo.
Amparo.
Yo no se alargarme , solo decir que me gusta mucho como escribes niña.
Un abrazo