Cuando estuvo la luna,
en lo más alto del cielo,
sosteniéndome el alma,
entre su etéreo velo,
me entregue a soñar
con lo que todo ser ansia:
Amar y ser amado.
La noche profunda,
que esconde verdades y secretos,
guardó también lo mÃo,
con desesperada indiferencia.
El viento frio que anuncia madrugadas,
también presagio despidos y miradas.
Un a dios y un lo siento,
colgados de besos sin raÃz.
La noche se hizo para los amantes,
tanto para los que entre sábanas
las ansias desatan,
como para aquellos que lloran sus penas
y las niegan al alba.
Cuanto sentido expresan tus lÃneas. Se suelta la imaginación en alto vuelo, con esta bella poesÃa.