Soy como una vasija, cóncava, de barro
No soy una vasija común y ordinaria
Mi piel contiene el moldeo de tus manos alfareras
Y se ha secado al despunte del Sol
En medio de la obscuridad y silencio
Que se hacen perpetuos
exudan mis gotas
Con el sabor natural de un manantial
Que ha guardado líquidos tuyos y míos
La luz de la luna ha formado una sombra
Que te alcanza
me veo colmada de ti
Mis hermosos ojos negros despiertan
Mis oídos escuchan susurros que trae el viento
¡Estás aquí! siento el olor de tu sangre
La oscuridad profunda nuestro fiel consuelo
La perfección de mi piel que contienen tus trazos
Va llenando tu piel fría, hasta sentir tu arder enamorado
El roce de mis manos, inquietando tu pasión
Arranco tu frialdad, despojo tu ambiente luctuoso
Destrozo las ansias de la muerte
Basta con mi piel morena, con mi calor voluptuoso
Y mi apertura como flor nocturna
Para que te sientas en este espacio poseído y desnudo
En la profundidad de la vasija
Se guarda tu sangre sellada con besos
Se aproxima el placentero dolor de extrañarte
Al momento que inicia el secado al despunte del sol
Espero la noche como un vino libidinoso
Soñando con el moldear de tus manos