Es Hora de Empezar a
Admitirlo.
Después de todo el dolor, pasa el tiempo, las cosas se admiten, todo vuelve a la normalidad. Vuelve el brillo a tus ojos y vuelves a ilusionarte, o eso crees, pero tu corazón no está de acuerdo. Es como esas heridas que dejan de sangrar pero nunca cicatrizan. Tú crees que ya están curadas, pero un día, esa herida se abre y aunque no sangra, te das cuenta de que no, no estaba curada.
En mi caso esa herida es la que él me dejó. Llevaba tiempo diciendo que ya no me importaba, que no estaba enamorada de él, que me da igual verle con ella. Pero los recuerdos siguen en mi mente, siempre le miro y le tengo envidia a esa chica tan bonita de ojos pardos.
Pero bajo ningún concepto estoy enamorada de él, ¿eh? JÀ.
Tengo que admitir que siempre será mi amor platónico, pero también seguirá siendo un cabrón. El mismo que dijo "Estaba mejor antes de conocerte", el mismo que se fue sin ninguna explicación, ése que dejó de hablarme. El que nunca se acordó ni acuerda de mí. El mismo. Aunque parece que ha cambiado y está cada día más guapo. Que me encanta cuando me cruzo con él todos los días, aunque a la vez me hierve la sangre cuando veo que sus labios se juntan con los de ella, cuando veo como la mira; así como solía mirarme a mí. Ya han pasado casi dos años y ¿aún sigo así? ¿Qué clase de maldición masoquista me echaron sus ojitos verdes?
Jamás volveremos a ser lo que éramos. Jamás volverá mi mejor amigo. Jamás volverá aquel tiempo en el que pasamos arreglando descosidos y rompiéndonos nosotros. Jamás. Tengo que empezar a admitirlo, el primer amor nunca se olvida.
