Hay noches que te rompes en pedazos
y otras entre abrazos
intentas recuperarlos.
Qué me dices de aquellos besos
aquellas carícias
hoy ya vacías
que me llenaban tanto de vida.
Creí hallarme entera
y era tan feliz a tu vera...
¿Era verdad que encontré la felicidad?
Corrí hacia la luz
y me vi envuelta en un campo azul
donde no olía a jazmín
si no a ti.
Y me quedé
y dejé que todo me absorbiese
y fue en ese momento
que acabó el cuento
y yo seguí en aquél campo
perdida y sobreacogida
de tu ida.
Todo olía a ti
y las espinas dolían.
Ya no habían risas,
todo el día llovía.
Y entre toda esa agonía
arranqué todas las flores
y entre horrores
desperté
y cuál fue mi asombro
al descubrir mis pedazos
de nuevo tirados
y un corazón encogido
buscando aquél abrazo,
el mismo que me lanzó,
aquí donde me hallo.