Me siento como la mayor fantasía destinada de Jacobsen, Marie Grubbe. Y extrañamente, al mismo tiempo, me siento todo lo contrario a ella. Es como si un yo desaparecido e intermitente resurgiese de mí, poniéndose por encima de todo lo que me rodea.
En el mismo instante la sensación desaparece, dejando un rastro que es digno de todo amor, lujuria, de toda hora. Es digno de mí, decoroso para las personas que me rodean -o al menos para aquellas a las que amo-.
Y quizá, después de todo, no sea yo la culpable. Esa culpa llena de gratitud que rezuma en alguna parte, a mi parecer, es cosa de aquellos a los que he semi-nombrado anteriormente, de los que son capaces de ordenarme cuando estoy desordenada y deshacerme cuando estoy completa.
"Este amor más humano se parecerá a aquel que preparamos combativa y laboriosamente, el amor que consiste en que dos soledades se defiendan mutuamente, se delimiten y se rindan homenaje."
Me ha gustado bastante! mucha suerte y sigue escribiendo asi.