Soy de las dehesas con duende,
del riachuelo
que en el Guadalquivir
se convierte,
de estepas y sembraos,
de tablaos flamencos,
de mi calle Sierpes,
del embrujo de las sevillanas,
de las morenas guapas,
del cristo de los gitanos,
de los novillos,
de los toros,
de la semana santa
y de la feria de abril,
de atardeceres anaranjados
y noches color añil.
Hola Antonio
Una vez un amigo me dijo que yo parecia el Rio Guadalquivir, porque aparecia y desaparecia, y sorprendía con su ir y venir.
Desde ese mismo instante me convertí en rio, asi que cuando lo nombran algo especial sucede.
No se si será el modo que tienen los españoles, o su idioma, o su modo, pero siempre me conmueve ese "canto" visceral y melancólico!. Me gustó leerte.