Fue el último adios,
el mismo ritual.
Dejar de lado
todos los momentos,
tiernos y amargos,
en los que nos hemos amado,
tanto.
Fue el último adios,
la culminación a nuestro amor,
un beso y una caricia tierna,
y nunca más
nuestros labios enamorados
se volvieron a encontrar.