La larga soledad.
El hastío de la muerte.
Una música lenta que asciende
desde los infiernos de la mente enferma.
Tú eres la luz que espera mi descanso.
Ya no habrá lenguas de fuego.
Ya no habrá caricias, ni susurros, ni gritos.
Ya no habrá proyectos inacabados.
Llegó la hora de la música de noches eternas.
¡No!
Después no hay nada,
tan solo silencios infinitos,
flores mustias,
llantos que se pierden en el tiempo,
días sin noches,
recuerdos en mentes que se apagan.
Después tan solo quedan palabras en papel.
Y después
nada.
Increíble, realmente me has emocionado. Me parece de una calidad tremenda, espectacular, no tengo adjetivos.
A lo largo del tiempo cuanto más te leo, me reafirmo en mi creencia de tu talento.
Un abrazo.
Pol