Duermete niño,
duermete ya,
que esta noche no estoy
para arroparte y
sentir el olor de la inocencia en tu piel.
Duermete niño,
y no sueñes con fantasmas
que esta noche no estoy
para consolarte y
espantarte los malos sueños.
Esta noche no estoy
para besar tu aterciopelada piel y
escuchar el ronroneo
de tu respiración mientras duermes,
y yo me siento colmado
de felicidad y amor.