- Fruta Prohibida -
[...]
Entendí de límites cruzandolos,
Aprendí de control entre gritos interiores.
Eras la evidencia de mi pecado y entre medias disculpas,
olvidé dioses y energías,
karma y penitencias ya que mis pensamientos impuros te imaginaban exquisitamente entre mis brazos,
y mis piernas.
Allí encontré la diferencia entre cariño y deseo, entre lujuria e inocencia.
Santo de mis pecados, objeto de mis caprichos,
vuelve alguna vez a espantar mis demonios con tu inmoralidad.
TDS