Un simple escupitajo desde la altura de un edificio.
Los transeuntes corrieron a refugiarse de la tormenta.
La ley de la gravedad gravita de manera impetuosa sobre el mundo en que se desenvuelve la vida y los vientos difuminan las esencias.
Un pensamiento bien dimensionado.
Un saludo Ateo.
18/03/09 11:03
Las grandes tormentas de la vida parten de un asqueroso escupitajo.
Muy buena tu observaci?n Ateo.
19/03/09 10:03