Quiero chuparte el sueño
quiero secarte las sienes de sudor
y de muerte
te quiero lejos
cubierto de lodo y olvido;
quiero pelarte como al hueso
de los pollos
despojarte de piel,
reducir a cenizas
todo recuerdo.
Y yo quiero reencontrarme contigo y seguir cantándonos los versos, Ateo.
Un abrazo con copas de leche y miel.