No me voy a poner a indagar si el hecho es autobiográfico o se trata del famoso yo poético y es pura ficción. Tampoco tengo ganas de sentir envidia y esas cosas... que mi moral no me permite... je! quizás sí el deseo. Pero está bueno el poema, bahh... no es para tanto tampoco. Saludos y te aprecio.
22/08/09 12:08
Con que comodidad la gente luce la persiana de la moral en las puertas de sus casa, para poder dar rienda suelta a sus deseos tras ella, escudados en las apariencias.
Tus poemas siempre son un momento de acercarme a una realidad que nunca me acabo de gustar y mirarla con cierta sonrisa, y eso quiere decir que hay magia en tus versos.
Cuidate Ateo.
22/08/09 12:08
La persiana moral no puede clausurar el deseo ...
Cierto, Ateo.
Y el brazo pesado de la moral se hace necesariamente el distraído.
Consecuencia.
Un abrazo.
23/08/09 11:08