Hipocondriacos
sacuden
su esquizofrenia
entre partes perdidas
de mil leprosos.
Brazos
dedos,
restos de labios
penes
entre dientes de rata
y mordidas de los niños
hambrientos
un manjar
un acto gourmet.
Panza llena
corazón lleno
y gordo obeso se caga y mientras devora un plato lleno de pastas y mariscos, el liquido marrón baja por sus pantorrillas carnosas hasta el suelo haciendo un charco del que se sirven las moscas el desayuno y la dama de rojo se arrodilla sobre el charco de mierda, y las moscas zumban su bronca por la interrupción de su comida, y la dama de rojo se saca el parche que cubre su orbita izquierda del ojo vacía y se introduce allí el pequeño pene del obeso hasta que acaba y derrama
la leche
en el ojo
un acto de amor
una mirada
lujuriosa
una forma
de llenar
el vacío
de la existencia.
Un eructo por acabada y un muy bien querida por la tarea.
Te leí amigo. Te gusta la escatología.
Y yo no sé qué decirte.
No se me ocurre nada.
En el buen sentido de la palabra, hay quien se divierte con la mierda. Porque la mierda es que está ahí, igual que el resto de todo lo demás. Y supongo que tiene su corazoncito.
Pero la mierda siempre es mierda.
¿Es feo mi comentario? No lo sé.