Soy la sutileza del entendimiento
que con vocablos justos llega a la razón.
Me convierto en suspiros o dolor
y viajo a través de la sangre ajena.
Con versos infiltro mi pena
por las pupilas de algún lector.
Soy viento que arrastra la educación
del culto intelecto que la ampara.
Aspiro a besar al instinto
del animal bárbaro que me atrapa.
Hago brotar su aprensión
condenando a la despreciable moral humana.
Aunque mis versos firmes
manifiesten mi bravura,
me refugio en la cordura
de la frontera establecida.
Soy verso, soy poesía
y como tal, mi esencia emana.
Anhelo despertar entre sábanas
de quien menos lo imagino,
pues la noche compone mi oda
adhiriéndose a la invención
de quien entrega a mis musas
su cuerpo, alma y pasión.