Ésto de obligarse a olvidar,
como un querer suprimir lo dicho,
no se acerca a la quietud.
Es un diálogo a solas;
ver perderse a la mirada
y conservar la vista.
Mis labios, suspendidos,
mecen y consuelan
la culpa que se niega a morir.
Ni tú un recuerdo,
ni yo la sensatez
que predica la biblia de mi honor.
¿Para qué engañarnos?
Tanta mentira sólo puede admitir
una sola verdad.
Pasarás con el tiempo,
aquel que siempre regresa
a recordar lo que no se olvida.
Buen poema meditativo entre soledad y ausencia. ¿Qué vale más el recuerdo de lo vivido o el olvido del pasado?
El poeta vive de ausencias y de evocaciones, que alimentan el alma y socavan el espíritu, dando a luz metáforas que se convierten en paisajes imaginados.
Un placer leerte de nuevo.
Un saludo.
20/12/15 09:12
Voltereta,
vengo de leer tú última creación... .
Agradezco tú presencia, tú grandeza y tú humildad.
Gracias por éste comentario.
Es un honor aprender de Poetas como tú.
Un abrazo, mi amigo
Caro
20/12/15 08:12
Te añoraba, siempre haces que de mi interior brote una luz.
Un abrazo sentido, se te quiere y se te admira.
Pol.
30/12/15 04:12
Querida Avelibre, gracias por compartir un poema de inconmensurable experiencia como esta.
Genial. Verdad.
Un enorme abrazo
05/01/16 06:01
