Vendrán por mi
a ocupar mis espacios.
Vendrán por mi
quienes caminan despacio
exponiendo sus estigmas.
Vestigios de la crueldad
que nos gobierna,
(que nos lastima
y nos condena
a la duda de la piedra.
La que penetra
en la tierra
sin decapitar
a la supuesta razón).
Porque no llegará
mi mano a alcanzar
la frescura.
Ni triste,
ni muda
observaré
la creación suprema,
la puesta en escena
de la hipocresía salvaje.
En lugar de actores,
el instinto exhibirá
los corazones
y reirán las urracas.
Partirán quienes hayan llegado.
De mi no quedará
mas que el pasado.
El que alzará sus manos
aplaudiendo a los impostores.
Vengan por mi los actores.
Prefiero enfrentaros en vida.
Mi homenaje:
presenciar la caída del sudario.
Envolverá vuestros
agravios hasta incorporarlos
en la bodega
donde madure
la nada.
Mi futuro,
mi morada.
La mansión deshabitada
con aroma
a los que vendrán.