Devastados despojos cuelgan cual ahorcado
en la fúnebre cámara de éste,
el velatorio de mis Sentimientos.
Un afónico quejido
delata la misericordia
de la soga asesina;
(único lamento que interrumpe el suplicio).
A los roedores:
"Destrozad la mohosa carne
para que la humedad me transforme
en bendito estiércol."
Hoy la tenue luz se filtra por mis restos... .
Rogando me quedo por mas infiernos;
los peores,
los mas crueles laberintos,
los mas perversos demonios.
Hoy suplico por el exterminio de mi esencia,
de mi historia,
de mi recuerdo,
de mi inhumana memoria.
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