Que se reivindiquen los astros
ante la magnánima soledad del firmamento.
Porque el templo es todo vuestro
y nuestra fascinación se inclina.
Revelan la luz al profeta,
y al ignorante le miman.
Un Orión aguerrido
revive abrazado de sus Tres MarÃas.
Que se reivindiquen los cielos
ante los luceros que se ocultan.
Porque en ellos reposa la historia y la leyenda... .
Una Grecia resucita entre sombras
cabalgando por blanquecinas vÃas.
Adentrndose en el alma del poeta.
Constelaciones de luces
encienden y funden al tiempo.
El pasado reluce cual gobierno
y el futuro..., endeble reino.
Emocionadas diosas
correrán al reencuentro.
Que se reivindiquen los astros
ante un Zeus arrodillado.
Implorando el regreso
de su trono olvidado.
Lloverán laureles
sobre quienes,
videntes del triunfo,
despertarán conmovidos
recordando el anochecer.